Upgrades de consolas, ¿un buen negocio para todos?

Aún recuerdo el disgusto de comprarme la Game Boy Pocket cuatro meses antes de que saliera la GB Color, cosa que obviamente no sabía que ocurriría. Tenía 14 años, y comprarme una consola de juegos, por bajo que parezca el precio, suponía un notable esfuerzo. De ahí radica la mala perspectiva que tengo acerca de las actualizaciones de consolas. La Game Boy ha sido la plataforma con mayores mejoras, y eso le ha permitido sobrevivir con una imagen “actual” y “novedosa” durante más de diez años. En las consolas de sobremesa esto no se veía en aquellos días, pero ahora sí que lo observamos, ya sea a partir de versiones más compactas en lo que refiere al hardware (económicas) o con pequeños agregados. Sin ir más lejos, podemos observar en ese sentido a la vieja Playstation, que luego se re-diseño para ser PS One.

En las portátiles DS y PSP no se ha tardado absolutamente nada en evidenciarse la misma historia que con Game Boy, de hecho el Presidente de Sony en la conferencia de la E3 ya había adelantado su deseo de mantener viva una consola durante un plazo de diez años… y para eso, nada que mejor que actualizarla cada tanto, escondiendo en esos lanzamientos lo que sería una nueva máquina, ahorrando muchísimo trabajo e inversión, y ganando sobre la comunidad ya desarrollada.

A todo esto, no podemos no mencionar a la PC, que sería la pieza maestra en lo que a actualizaciones se refiere. ¿Cuántas veces nos enojamos por no poder correr un título? ¿Cuántas veces tuvimos que agregarle memoria o espacio para poder correr un nuevo juego?

Pero, ¿por qué se recurre a esto? ¿Nos gusta esta estrategia a nosotros, los gamers? Por un lado, como les decía antes, el upgrade de una consola no es lo mismo que lanzar una nueva, en cuanto a los costos de producción y promoción. Los desarrolladores trabajan sobre una plataforma ya establecida, y eso les ayuda ampliamente.

Por el otro lado, los jugadores suelen beneficiarse de un cambio interesante (a veces) en la forma en que jugaron los juegos que compraron y los que comprarán, y como lo refleja el resultado de la encuesta. Sin embargo, siempre habrá casos como el que me pasó a mí cuando tenía 14 años, de usuarios enojados por hacerse de una consola que, sin saberlo, tenía los días contados.





    el 22.11.08

 

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