Los buitres despedazan a THQ

Hace pocas semanas, anunciábamos la bancarrota de THQ. Pero lo hacíamos sin demasiada pena, se trataba, decían, de parte de la estrategia de restructuración de la empresa. Se suponía que un gran grupo empresarial, Clearlake Capital Group, la compraría y todo seguiría con normalidad. Pero no, ni fue así, THQ ha cerrado sus puertas de forma definitiva, y ha comenzado su desguace.

La compañía americana tenía un gran repertorio de marcas de valor y unos cuantos estudios llenos de talento. Muchas editoras vieron, en esta situación, una gran oportunidad de negocio, y se presentaron a la subasta que organizó THQ. Veamos cómo ha quedado la cosa, cuál será el futuro de las propiedades de THQ.

Sega y Bethesda softworks (Elder Scrolls) se pelearon por quedarse con el estudio Relic Entertainment, llevándoelo finalmente la primera, por 26 millones y medio de dólares. Junto al equipo, Sega se queda con los derechos de Company of Heroes.

Las otras dos grandes sagas desarrolladas por el estudio, Warhammer y Homeworld, quedan en el aire. La primera es propiedad de Games Workshop, así que si alguien quiere seguir realizando juegos sus juegos, tendrá que ponerse de acuerdo con esta empresa. En el caso de Homeworld, hay un estudio indy, TeamPixel, que ha puesto en marcha una iniciativa de financiación colectiva. Se trata, esta, de una saga que cuenta con un buen número de seguidores, así que es posible que tenga éxito.

Ubisoft entró en la puja con fuerza, quedándose con THQ Montreal, un estudio fundado, casualmente, por el ex-Ubisoft Patrice Dèsilets, creador de Assassin’s Creed y quien salió de malas maneras de la empresa francesa. ¿Podrá volver a trabajar con ella de forma amistosa? En todo caso, los derechos de los proyectos en los que estaba trabajando el estudio y que se suponía que sacarían de pobre a THQ, Underdog y 1666, son para Ubisoft, y todo le ha costado, tan solo, 2 millones y medio de dólares. Desde luego, son precios de liquidación.

Ubisoft, asimismo, se queda con South Park: Stick of Truth, un título que se pondrá a la venta pronto, y cuya distribución correrá a cargo ahora de sus nuevos dueños.

Pero no era eso todo cuanto quería Ubisoft: Metro también estaba entre sus objetivos. Sin embargo, al final fue vencida en la puja por Koch Media, que se queda con el ambicioso proyecto Last Light. Los alemanes también le han robado a los franceses a Volition y su saga Saint’s Row.

Crytek también se ha llevado algo. Estaba colaborando con THQ, desarrollando Homefront 2, y no quiere poner en peligro este proyecto, así que se ha quedado la saga para sí por medio millón de dólares.

Por otra parte, Take Two ha comprado Evolve, un proyecto desconocido en el que estaban trabajando los creadores de Left4Dead, y que debe ser valioso, porque ha tenido un precio de 11 millones de dólares. Además, World Wrestling Entertainment ha anunciado que ha llegado a un acuerdo con esta empresa para que continúe con la saga de lucha libre, cuya licencia en el ámbito de los videojuegos pertenecía a THQ desde hace mucho tiempo. 2K Sports se hará cargo de ella.

WWE es, muy posiblemente, una de las series más potentes del catálogo de THQ, y pasa a manos de una empresa con mucha experiencia realizando juegos de baloncesto y beisbol, pero ninguna en el ámbito de la lucha. ¿Cómo será WWE 14? Es una incógnita.

Pero la gran decepción llegó a la hora de pujar por Vigil Games: nadie ha dado un duro por el estudio, por lo que sus trabajadores se van a la calle, y la historia de Darksiders, que tanto nos gusta, podría quedar inacabada.

Vigil estaba trabajando en un juego que era conocido, internamente, como Crawler. Ben Cureton, su diseñador de combates, ha dicho maravillas de él en un post publicado en el foro Neogaf. Según él, se trataba de un juego que sorprendería a todos, que en dos meses Vigil había hecho cosas que los demás no hacían en años. Jason Rubin, último CEO de THQ, también ha dicho que se trataba de una idea fantástica, algo único, y que le parece de broma que nadie pujara por el estudio ni por el juego.

Pero, al mismo tiempo, Rubin concede que comprar una propiedad intelectual nueva supone un riesgo muy alto para cualquier empresa. Y es difícil, a estas alturas, que salga adelante, pues los empleados del estudio están buscando trabajo. Algunos de ellos ya han recibido ofertas desde Sony Santa Mónica y Platinum Games, a través de Twitter.





    el 26.01.13

 

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