En la primera versión de Street Fighter II, uno de los más exitosos juegos de la saga de peleas de Capcom, aparecía por primera vez el guerrero Blanka. De origen brasilero, pero con un cuerpo que recordaba más al de los gorilas y con piel de tono verduzco y pelos anaranjados, se transformó en un clásico instantáneo de la franquicia.
El final del juego nos contaba que en el pasado Blanka había dio un niño normal llamado Jimmy que se extravió en la selva y desde entonces su madre lo estuvo buscando. Fue allí, comiendo extrañas plantas y conviviendo con animales, que aprendió su singular estilo de pelea y desarrolló sus extraños movimientos y postura corporal.
Durante la trama de Street Fighter Alpha 3, donde el diseño del personaje fue suavizado para que tuviera un aspecto menos salvaje, se nos narra un poco más de su pasado, así como un combate contra Zangief, los lazos que lo unen al guerrero Dan Hibiki y a la joven Sakura, junto a los que lucha para destruir la poderosa arma Psycho Drive de Bison.
Además de su estilo de pelea, Blanka domina la electricidad, pudiendo realizar singulares ataques destinados a electrocutar e inmovilizar a sus oponentes. Al ser un guerrero veloz, tiene algunos de los combos más poderosos del juego.
Vuelve en Street Fighter 4, donde vemos que abandona a su madre para viajar a Hong Kong, tras cansarse de que la gente los miré de manera extraña. En su final se narra el reencuentro con su madre y una nueva etapa de paz y prosperidad. Luego hace acto de presencia en el final de Dan, cuando se cruzan mientras exploran el cuartel general de SIN. Un incendio parece que acabará con sus vidas, pero el desenlace deberán verlo por ustedes mismos.
Blanka es un personaje atractivo y sencillo en sus movimientos básicos, pero dominarlo puede ser muy complicado. Se ha transformado, y con mérito, en uno de los emblemas de Street Fighter.